viernes, 31 de octubre de 2008

Diario de un sangrefría

Quizas no sea una buena manera de continuar con el blog, peor bueno, asi tengo una excusa de poner mi siguiente post. Aqui teneis un relato corto, espero que os guste mis pequeños poranoicos.

1ª anotación. Cámara funeraria.

Otra noche más, o al menos, eso creo…tanto tiempo ha que me hallo sumido en la oscuridad total, que prácticamente he perdido la noción del tiempo. Empecé haciendo marcas en la pared, contabilizando así las jornadas, pero ya no hay sitio donde poder escribir sin estropear los textos sagrados. Deben haber transcurrido décadas, tal vez lustros. He adecuado mi vista a la falta de luz que me rodea, y aprovecho cada vez que salgo de este maldito estado de letargo para narrar mi historia y poder entretener así mi mente y no desvariar. Empecemos la historia por el principio:

Mi nombre es…ya no lo recuerdo, ahora me hago llamar Xandros “el sumido entre las sombras”. Al igual que el resto de la corte del faraón, fui encerrado aquí. Puedo recordar que fui escriba, aún conservo unos pergaminos en mal estado, tinta reseca y una pluma aún utilizable, al no disponer de tinta, empleo la sangre de las ratas, malditas criaturas que se cuelan por una pequeña brecha, y corretean por toda la estancia como alma que trajo al diablo, volviéndome loco con sus agudos chillidos, el hedor causada por centenares de los cadáveres y los excrementos de esos sucios roedores que se amontonan en la cámara es insoportable. Pero volvamos a mi encarcelamiento, fuimos encerradas contra nuestra voluntad veintisiete personas cual perros enfermos a los que hay que sacrificar. Cuando el hambre se hizo insoportable, echamos mano al ajuar sagrado del faraón, en el encontramos comida y bebida que le serviría en su otra vida, cuando este se agotó,¿que creéis que ocurrió?. Canibalismo, a tientas en la oscuridad y provistos de las estatuillas funerarias, dejaban a alguien inconsciente; no hace falta decir que poco tardaba en irse al otro mundo, tras ser devorado aun vivo por sus semejantes, si había tenido una vida austera, su alma regresaría con las otras, sino, volvería atrás en su reencarnación hasta enmendar sus pecados.

La tercera o cuarta vez que ocurrió esto, no recuerdo exactamente cuando, pero lo que ocurrió permanece aún, como grabado a fuego en mi memoria. Uno de los que restábamos vivos empezó a proferir chillidos de dolor y a moverse inquieto por toda la sala, inquieto, pero con unos pasos seguros, pude oír como esos pasos se dirigían hacia mí, me levantó del suelo con una mano, como si de una pluma me tratase, echó mi cabeza hacia atrás. No podía hacer nada al respecto, era tan sumamente fuerte que cualquiera de mis intentos de echar atrás a esa persona era en vano. De repente noté su frió aliento en mi cuello, y seguido de ello, unos colmillos afilados como agujas de embalsamar penetraron en mi cuello, haciéndome sangrar profusamente. No tardé en dilucidar que era aquello, aquello por lo que todas nuestras familias había temido durante siglos, bebedor de vidas, exterminador de almas…un vampiro, un sangrefría.

Reuní mis fuerzas, para aunarlas todas y lanzar al viento el que sería mi último aliento:

- Vam..!Vampiro!-grité-.

Poco mas oí, pues ese engendro de la naturaleza me dejó caer, me golpeé la cabeza y perdí el conocimiento. Debo afirmar que tuve una grandísima suerte, al despertar, me encontré con que aquella criatura se hallaba sobre mi pecho, suficiente para que no encontraran mi cuerpo y se alimentaran con el. Notaba el reguero de un líquido, como bajaba por mi hombro, procedente de la cabeza de la criatura, si mi olfato no fallaba, se trataba de su sangre; pero aun respiraba. De repente, una sensación se adueñó de mi, el corretear de la sangre, el oír a mis compañeros dándose un festín con la carne de sus semejantes…se me estaba haciendo la boca agua, nada me costó saber que se estaba apoderando de mí la llamada sed de sangre, esa furia berserker en la que entraban los sangrefría cuando estaban hambrientos. Sin pensarlo dos veces, y sin poseer la dentadura adecuada, mordí el cuello de aquel vampiro, fue suficiente para hacer emanar la sangre de su cuerpo; la bebí cual bebé disfruta ansioso de su primera leche materna. La sensación que experimenté al sentir esa sangre en mi boca, como bajaba por mi garganta; era indescriptible. Sentía como cada una de mis células recibía ese mismo placer, se me embotaron los sentidos. Me restablecí de mi fatiga, y una inconmensurable fuerza se apoderó de mi cuerpo. Nada pudieron hacer los que antes eran mis amigos, ahora mis presas, fijados en devorar cuanto antes aquella carne, a los pocos minutos, no eran mas que un amasijo de carne y huesos amontonados en una esquina.

Hasta ahora me he alimentado de sangre de roedor, es lo más asqueroso que nunca he probado,¿pero que demonios? Al menos me mantiene con vida.

2ª anotación. Cámara funeraria.

Volví a encontrar el diario. No se cuanto tiempo a pasado desde la anterior anotación, ya deben haber pasado siglos, pero mi piel continua igual de tersa desde que me convertí en lo que soy, un bebedor de vidas.

Hoy me he levantado a causa de un gran ruido, puedo oír pasos, y a gente hablando en una jerga desconocida para mi idioma…Al final saldré de aquí, la espera valió la pena.

3ª anotación. Nueva York.

Al parecer me deleité con la sangre de un equipo de paleontólogos. Tras saciar mi sed, los encerré en la tumba de nuevo, para no delatarme. Ahora la llaman la pirámide maldita de Aghné-Phosis, nadie descubrió que ocurrió al equipo, las ratas dieron cuenta de eso. Nadie comprendía mi idioma, excepto un historiador, que conocía algo de símbolos egipcios; finalmente, logramos comunicarnos, yo le enseñé el noble idioma egipcio, él me enseño el inglés y el español, yo le chupé la sangre, y el me dejó un agradable sabor de boca, cosas de la vida. He estudiado una carrera, no sabéis lo difícil que es sobrevivir como criatura nocturna., aún así tengo mi propia empresa, la vida me sonríe, los mortales me tienen como una persona normal y los vagabundos me alimentan. Esta es mi última anotación en mi diario, pues ya he narrado mi historia.



El sumido entre las sombras




1 comentarios:

Alma dijo...

Hay me das miedo, no te conozco......
O sí!!!!!!!!
Bueno por si acaso no te mando un beso.