viernes, 28 de noviembre de 2008

Ahogando las penas

-Rellénemelo por favor-. Le dije al camarero, un hombre que superaba la cuarentena, con el pelo moreno y corto, a conjunto con la calvicie, que le había dejado un para nada estético claro en mitad de la cabeza, con su barriga cervecera y seguramente en baja forma. Se giró, cogió la botella de Jack Daniel’s y lleno medio tubo, antes de que la retirara, le cogí por la muñeca.

-Doble…

Vertió más whisky hasta llegar a la parte de arriba.

-¿Ahogando las penas? – Sonrió y dejó de nuevo la botella a su sitio mientras se fue a atender a otra persona. El bar… bueno… más bien… en el antro de emergencia, pues estaba un tanto… bueno… seamos sinceros… considerablemente sucio, tanto el suelo, como los asientos… joder… y los vasos.

Ahogar las penas lo llaman… y es cierto…aunque creo que todavía no bebí suficiente ni como para poder ahogar mi ya hundida autoestima.

Amor… ¿Cómo explicarlo? Lo pienso y no hallo las palabras, pero sin duda, el tiempo que lo estuve, y que por desgracia lo sigo estando, he pasado los mejores momentos de mi vida… Hasta ahora. Hasta que te das cuenta que algo pasa, pero estabas tan ciego que ni te has dado cuenta y lo que podría haber sido un pequeño tropezón ha acabado siendo una fuerte caída desde lo más alto del jodido Empire State.

Os preguntaréis. ¿Qué le ha pasado a este hombre? Os contare mi historia, aunque breve, aprovechad para ir a por unas palomitas…

Todo empezó cuando la conocí… era preciosa, pero no una belleza como esas “mujeres de diez” según la revistas, simplemente era bella, y con una sonrisa radiante, siempre me han atraído las que lucen una bonita sonrisa, una sonrisa divina. Desde el primer instante, la primera mirada, por fugaz que fuera, me dejó prendado. ¿Recordáis alguna vez el sentir como que todo se parara? ¿Que todo avanza lentísimo? Así fue, ahí estaba, y nosotros nos dirigíamos hacia donde ella se encontraba. Bendita suerte. Mayor fue cuando Roberto se dirigió a ella y le dio dos besos… Maldita sea, quien me hubiera visto la cara se hubiera pensado que tenía algún problema mental, y para más inri seguro que solo me faltaba babear. Un codazo de mi amigo Luís me sacó de mi ensimismamiento.

-Chicos, os presento a Clara.

Cada uno de mis amigos le fue diciendo el nombre y luego se daban los típicos dos besos en la mejilla… hasta que llegué yo…

-… Me, me llamo Al… Alberto.

Por Dios… debí parecer imbécil, menos mal que para mi tranquilidad, hizo un leve asentimiento con la cabeza y automáticamente volvió a lucir esa amplia sonrisa. Acto seguido nos dirigimos a otra parte del pub, pese a que cada uno estaba con sus divagaciones mentales yo solo pensaba en ella, y en esperar volvérmela a encontrar otra vez, a ser posible sin el resto de borregos.

Y si… esa fue la primera vez que la vi, a la tercera vez que volví al pub, la volví a encontrar, no pensaba desistir hasta volver a verla… bueno… Nos fuimos conociendo, menos mal que parece ser que le caí en gracia, y no es que sea el típico baboso, así que poco a poco fuimos quedando alguna que otra vez entresemana, un cine, una cena…

Ahora creo a mis amigos cuando me dijeron, te lo vas a tener que currar. Oh, ese consejo me sirvió de mucho… nótese la ironía, cuando les dije que quería salir con ella… y así fue… ¡No hay quien entienda a las mujeres! Maldita sea, yo nunca había tenido novia, y eso que ya tenía la veintena, y pasé también de los consejos de los amigos, en ese ámbito, si la quería conquistar, yo mismo buscaría el modo.

Y qué más deciros… Tras insistencia, y desgraciadamente, bastantes chascos, así como malas noches, lo logré, no desistí en ningún momento y al final me dijo que sí, que saldría conmigo, no me lo creía ni yo, ¿ella conmigo? Me lo dicen hace seis meses y no me lo hubiera creído.

A partir de ahí los mejores días de mi vida se sucedieron. Yo era feliz con ella, y ella lo era conmigo, nos queríamos muchísimo… Pero todo lo bueno acaba… ¿no?...

En la multinacional en que trabajaba empezó a gustarles su trabajo y al parecer le fueron planteando con el tiempo el mover a otra ciudad, con mejor salario. Mas de uno de sus compañeros me dejaron caer que parecía que lo estaba pensando mas ella no me iba a abandonar, pensé yo. Hasta que finalmente un día las falsas elucubraciones del nuevo puesto en Kuwait fueron verdades y ya podéis imaginar lo que dijo ella. 

-Alberto… tenemos que hablar.

Tenemos que hablar… maldigo cien veces a aquel que hizo por primera vez la unión de estas tres palabras. Lo dejamos… si, rompimos ahí mismo, me dejo, me dejo solo… tal y como apareció en mi vida, se iba a ir… y yo no podría hacer nada. Mi corazón sintió como un hierro candente lo atravesara bajo la jocosa mirada de un torturador.

Cuentan que el tiempo cura las heridas… mas yo pienso que hay heridas que nunca cerrarán.

Y aquí estoy… sentado en este bar… pensando que hacer… Ahora ya hace dos semanas que se ha ido de casa y yo estoy peor que el primer día, ya nada tiene sentido, no sin ella… hay un agujero en mi vida, en mi alma que sé que ya nunca volveré a llenar. Tan solo recuerdo su figura… camino a la estación, con su melena al viento… y su inconfundible perfume… Algo me emborrona la visión, mis ojos se están ahogando en sus propias lágrimas… Echo mano a la cartera, dejo veinte euros en la barra y me voy de ese antro de mala muerte, no sin antes matar el whisky, del que ya se ha derretido el cubito, de un solo trago.

Me ciño bien la bufanda al cuello y me abrocho hasta arriba la chaqueta. Suspiro fuertemente, y surge ese humito blanco. Ese humito con el que estaría jugando hace años haciendo como que estábamos fumando, veo el humo subir hacia el cielo, y me recuerda a ella cuando fumaba uno de sus cigarros… La veía en todos los sitios… por la calle, en los escaparates, dentro de que aquel restaurante... y sonriendo, la misma sonrisa que me había dedicado en mis momentos más difíciles, sonrisa que me bastó para olvidarme de cualquier pena y volver en mi, sonrisa que no me va a volver a reconfortar… mis lágrimas vuelven a emerger. ¿Soy masoquista? ¿Porque no puedo dejar de pensar en ella?... En el fondo no lo deseo… sé que me voy a acordar de ella hasta el fin de mis días… Y continúo calle arriba… La noche está bastante entrada, las farolas que han sobrevivido al gamberrismo y que aún pueden alumbrar iluminan la calle, dándole un aspecto lúgubre, más aún cuando tan solo se oyen mis lentos pasos cada vez que piso el empedrado. Tengo unas ganas enormes de llegar a casa y dormir, dormir de una vez por todas y a ser posible… ojalá fuera para siempre si así pudiera borrarla de mi mente.

Entro por el portal, subo las escaleras, y cuando abro la puerta de mi casa, la creo ver ahí, en mitad de mi comedor, ¿es que nunca me la voy a quitar de la cabeza?… tan guapa como siempre, viste su camisón de seda de color blanco, con un ribeteado por los bordes precioso, lo recuerdo perfectamente, era su camisón preferido, con su melena morena, tan oscura como la noche cayendo por sus hombros y su cara… sus ojos… siempre adoré esos ojos, azules… reflejaban claramente su personalidad como si de un espejo se tratase… un azul como el mar, un mar basto e indómito, sin reglas, puede ofrecerte un navegar placentero, o también puede revolverse y convertirse en la peor de las tormentas.

Pero esta vez algo no va bien… de sus ojos, nace una lágrima que recorre su rostro hasta naufragar en sus labios… labios que no esbozan sonrisa alguna, es más, puedo distinguir como empiezan a temblar, y a la vez que reparo en ello corre hacia mí y me abraza… me abraza fuertemente, a la vez que la oigo llorar… esta vez no es mi imaginación, puedo oler su inconfundible perfume… esta aquí y está llorando, me está abrazando y yo sigo sin creérmelo, todavía sigo en el mismo sitio y en la misma posición igual que entre y me pare en el recibidor mientras la observaba con detenimiento.

El sonido que provocan mis llaves y la chaqueta al caer preceden a un abrazo sin igual, la rodeo fuertemente, está aquí, conmigo, la puedo abrazar, la siento, su cuerpo contra mi cuerpo, su olor… no puedo creerlo, desde que se fue que soñaba con esto y ahora que ocurre, que está aquí conmigo, no entra en mi cerebro… lágrimas manan también de mis ojos como no, avisando de que el llanto está próximo y no se hace esperar.

-Te eché tanto de menos… -apenas pude balbucear-.

Se separó un poco de mi cuerpo para poder mirarme a la cara. El silencio imperaba en la habitación, y mientras, nos quedamos mirándonos fijamente unos segundos… aleje el cabello de su cara, nuestros párpados se fueron entrecerrando poco a poco, a la vez que nuestros labios se juntaron en un pasional beso, podía sentir la tibieza de los suyos, esos labios que tanto anhelaba… nuestros alientos se mezclaron para crear un sabor indescriptiblemente dulce, con el otro brazo la sujetaba fuertemente, no la volviera a dejar escapar… no, esta vez no… nuestras lenguas, cual llamas de fuego, se entrecruzaban para extinguirse la una a la otra en una lucha sin final. Rodeó mi cuello con sus brazos… despacio… nuestros labios se separan muy lentamente, dejándolos con hambre de más, de no parar… ella lleva su mano hacia mi mejilla, y la acaricia… para abrir la boca y decir algo que siempre quería oír y que nunca fue tan sincero como aquella vez…

-Te quiero…








martes, 25 de noviembre de 2008

Música

Quizás va siendo hora de poner algo mas alegre... pero por supuesto tratando las cosas como las he tratado hasta ahora, con un buen raciocinio... La música... estoy loco por la música, la hay de mil estilos y variedades, y para todos los estados de ánimo, la música es sin duda... el mejor descubrimiento que hizo el hombre (vaya, algo bueno tenemos).

Me encanta esa música... que la escuchas una y otra vez... pero nunca te cansas de ella, esa música que te sumerjes en ella, que nada entre las notas y bailas entre los acordes, que cuando llega al éxtasis te pone la piel de gallina (al decir éxtasis no me estoy refiriendo a la maquina, disculpad el cambio de tema, continuo refiriéndome a VERDADERA música) si, con mayúsculas. La música clásica, la madre de toda la música que hay en día, aunque hay muchos estilos que dicen llamarse música, pero que podría también hacer esa "música" un obrero con un martillo neumático.

¿A quien no se le ha puesto la piel de gallina al escuchar por primera vez el carmina burana? Música que llega dentro, dentro del alma, que nos cala hondo, y que disfrutamos con ella. Música con armonía, con tonos y notas, escalas y acordes. No con sonidos electrónicos y donde la droga la toman para sentir mas esa música (no me extraña yo escucho maquina, techno o reggeton y puedo aguantarlo, por supuesto no critico a la gente que lo escucha, sencillamente a eso no lo considero música.) Bueno, el reggeton, regaeton, requeson o como se escriba si que la tiene, pero una música donde las letras son tan sumamente vejatorias para cualquier mujer que se precie, no me gustan y ni la respeto para nada. Espero no haver ofendido a nadie, y so lo he hecho, poneos a oir beethoven, y relajaros.


Compañeros de celda, esta noche sonará la sonata claro de luna para que podamos dormir en paz (y descansar en paz a los que le toque...)




viernes, 21 de noviembre de 2008

Dolor

Como duele fingir estar bien... ¿Porqué el humano?... las personas, ¿nos ponemos a reflexionar una y otra vez sobre lo mismo?...nos duele... lo sabemos, lo hemos pasado, el mal momento, un angustioso rato, te lo pasas bien, todo se va por la borda, lo que sea no acaba como mas desearas... ya sea con una pareja, amigo...

Si, nos duele, admitámoslo... ¿pero nos olvidamos de ello? NO

Es más, pensamos en ellos una y otra vez, cual burdos masoquistas... no nos gusta el dolor, pero no lo podemos evitar, una y otra vez lo mismo vuelve a pasar por nuestro cerebro... nos atormenta.... ¿desconectar? jamas. ¿no pensar en ello? no es tan facil.

Es muy curioso el ser humano, quizas nunca nos llegaremos a entender ni a nosotros mismos...

Que hacer?

Que alguien nos lo diga....y tomad nota mis reclusos....






lunes, 17 de noviembre de 2008

Otra noche mas

La noche era oscura... y el reflejo de la luna sobre el lago, se movía a la par que el viento besaba el agua, y después acariciaba la pequeña plantación de trigo... susurraba... elevo la vista y veo un millar de estrellas manchando un fondo negro, un negro sobrecogedor... me relaja...

A la lejanía, las montañas se dibujan por el brillo de la luna, dándoles un toque mortecino muy peculiar... Me siento sobre el pequeño y desvencijado muelle que entra en el lago, cruje... y con mis pies dibujo en el agua lo primero que se me viene a la cabeza... Me recuesto... cierro los ojos y me limito a escuchar... el sonido de la noche... precioso... Sonidos que solo de esa manera oigo, y no suelo oír, por eso son bien recibidos, y los disfruto todo lo que puedo... me levanto...

Empiezo a caminar a través del trigal... al fondo veo el granero... y las reses descansando en el vallado de al lado... extiendo mis brazos y acaricio esas suaves plantas...cierro los ojos... la brisa mueve mi pelo hacia detrás y respiro hondo... el olor de la naturaleza... me sumerjo todo lo que puedo en ese cúmulo de sensaciones... intento fluir con el viento... mezclarme con el... ser uno con todo, como si fuera un sueño... lo logro.

Me despierto de mi letargo a la vez que un ruido rompe con la armonía. Ya no hay brisa... ya no huele a naturaleza... huele a humo... a contaminación... abro los ojos... la pradera no esta...el lago tampoco... tampoco el muelle desde el que salté al lago... ni el granero... Me froto los ojos... Me volví a dormir al lado de la ventana...




Los sueños tan solo son sueños...lástima... al menos me hacen feliz... aunque sea por un periodo breve de tiempo...





domingo, 16 de noviembre de 2008

Paz y guerra

Tan parecidas... y tan distintas... No hay una sin la otra... y siempre van cogidas de la mano...
Cual hermanos pequeños que no desean separarse nunca... Y que si llegan a ello, anhelan volver a recontrarse
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¿Desgracia? Sin duda

El dinero se emplea en construir armas cada vez mas novedosas, en un círculo vicioso por ver quién inventa lo más destructivo, o perfecciona las armas para que la muerte sea de mil maneras dependiendo del juicio del ejecutor sumado a la bala usada.

Olvidemonos de nuevas vacunas, y pensemos como bajarles el peso. Un hospital menos y que cada uno de nuestros soldados pueda portar 5 granadas mas. Instauremos la paz mediante la guerra.

Chistoso... y contradictorio, sin duda alguna.

Aprieta el gatillo... y retira una vida. Llego a pensar que hay quien sueña con ser dios, con dominarlo todo, bajo la fuerza del acero. ¿Honor? ¿dignidad? Hace mucho era defendido con sangre y dientes. Hoy en día parece ser que la mayoría de la gente tan solo es digna de tener alojada en el cerebro una bala del calibre 47. Como cambia el mundo... y como va a cambiar... No me imagino como será dentro de tan solo diez años. ¿Nos mataremos los unos a los otros? Quien sabe....



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El hombre desea instaurar la paz, y para ello, construye mas armas.





Hora del rancho....





miércoles, 5 de noviembre de 2008

La nada...


La nada.... como definir la nada?, que manera hay de definir lo que no existe...
más bien, lo inexpresable, lo intangible y lo invisible...

¿como definir la carencia de todo?, la ausencia de nada...
De nuevo surge la misma palabra, nada...

Pienso sobre ello...¿y que saco al final?, nada...


Cuán irónicas se vuelven las cosas en cuanto en algún momento de aburrimiento a cualquiera le da por devanarse tan solo un poco los sesos.


Quizás tan solo buscando algo que tenga ese significado...

¿lo encontramos?
no...
es más
cuando lo vemos, ¿somos capaces de decir que ciertamente es nada?

La verdad, nada es lo que parece.

El tema se vuelve chistoso, y cuantas más vueltas le doy más ganas tengo de seguir poniendo un torrente de palabras que luego serán releidas para ver hasta donde he estado en lo cierto y con que no he acertado NADA.


Por favor chicos, no hagais ruido, hay compañeros de celda que quieren descansar...




Nada nunca es nada






martes, 4 de noviembre de 2008

El transcurrir...

Y aquí me hallo... ante el ordenador, pisando con mis dedos las teclas que forman las palabras de lo primero que se me pasa por la cabeza... ¿Que hacer mañana? ¿y pasado? vivir el momento día a día, o planearlo todo al milímetro... no se...

¿Quien soy y que hago aquí? pregunta que se deben de haber hecho prácticamente todas y cada una de las personas que habitan este pequeño planeta que ocupa una porción ínfima del universo...

¿Ciertamente será infinito?... ¿porque? de todas formas, sino lo fuera, ¿como acabaría? ¿que pondría fin a la nada? ¿que extraña barrera se yerguería y no nos dejaría continuar?

Las divagaciones mentales se producen sin fin, miles de preguntas sin resolver...

Miramos a nuestro lado, y vemos que todo hace algo, todo ha estado creado para y con un fin, igual que lo animales, nacen para reproducirse y aumentar su especie, evolucionan para así poder hacer frente a todo tipo de amenazas.

¿Que hacemos nosotros? dar un paso atrás en la evolución, y parece mas bien que deseemos el fin del planeta que habitamos, que barbaridad de especies se han extendido ya, y tan solo son unos pocos los que intentan paliar las cosas. ¿Concienciar a todo el mundo? lo dudo.

¿Otra catástrofe limpiará la tierra y todo volverá a empezar?

Quien sabe, quizás hay alguien que tenga la respuesta, alguna persona, en algún remoto lugar, alejada de la contaminación y de la violencia que cada vez es mas inherente en un mayor porcentaje en la gente.

Absurdas e incontables divagaciones mentales de un chaval...

Tan solo una cosa si estoy seguro....


Solo sé que no se nada.


domingo, 2 de noviembre de 2008

El rey y el mago

Había una vez un rey, que siempre sentía que todo le iba mal, que no había al final manera de solucionar las cosas, incluso un día llegó a ponerse malo, fueron los médicos a verle, y al no solucionarlo, mando ejecutarlos.

Hasta que un día, la dijeron que sabian de un mago que es posible que pudiera ayudarle. El rey hizo llamar al mago.

Tras varios días, al mago apareció en la corte y fue a hablar con el rey. Tras una larga charla, el mago sacó un pequeño saquito y se lo dio al rey.

-Solo podrás abrir el saco para el que pudieras considerar un verdadero mal día, quizás el peor de tu vida, pues solo podrás usarlo una vez lo que hay en su interior.


El rey, guardó el saquito, y extraordinariamente, al día siguiente se encontraba genial, y así ocurrió con todos los días, porque sabía que si ocurría algo malo, tenia el saquito para solucionarlo, pero ya le empezó a ir todo bien, siempre feliz y sonriente. Hasta que un día, se volvió a encontrar mal, igual que varios años antes, entonces, echó mano del saquito, lo abrió, y dentro vio un anilló que en una inscripción rezaba...


-Esto también tenía que pasar.


Bonita historia, ¿Cierto compañeros de penas? Os voy a contar una cosita, hay dos clases de problemas, los que tienen solución, y los que no. Si tienen solución...para que preocuparse, y si no tienen...para que preocuparse si sabes que no hay arreglo?


...hora de apagar la luz.


sábado, 1 de noviembre de 2008

La caverna

A Luís, como deberes de escuela, le habían dicho que tenía que ir un día a trabajar con su padre, para que vieran de que trabajaba. El padre de Luís era espeleólogo. Llegó el día, y se fueron a la montaña, y claro...que va a hacer un niño de siete años? pues lo que hacen los niños de siete años, se puso a jugar, y una vez dentro de la cueva lo mismo, su padre enseñándole lo que son las estalagmitas y las estalactitas, y Luís se dedicaba a patear piedras. Llegó un momento en el que llegaron a un tramo de la caverna en la que había un enorme agujero y pasaron con mucho cuidado. Luis le dijo a su padre...

-Papa.... tengo miedo...miedo....miedo....miedo
-. Resonó por la caverna.


Al pequeño se le encogió el corazón, así que lo que su padre hizo, fue abrazarlo y decirle...


-Tranquilo hijo, escucha... Cariño... cariño... cariño.... vida... vida...vida... vida... amor... amor... amor...-. Resonó esta vez.


La vida nos devuelve lo que nosotros le damos, si vamos pensando siempre lo que no toca, siendo pesimistas, todo lo veremos igual, y rara vez nos daremos una alegría. Sonreíd, ved las cosas con otra cara y todo os irá de fábula. ...hora del rancho compañeros.



El Leñador

Existió un gran leñador una vez, era un hombre grande y fornido, y el solo, era capaz de realizar la misma tarea que realizaban varios hombres un día.

Hasta que llegó un momento, en que el hombre, empezó a cortar menos árboles, y cada vez menos. Empezó a dedicar más de su tiempo, pero nada, cada vez menos, cada vez menos.

Finalmente un día, su capataz le dijo:

-¿Cuando fue la última vez que afilaste tu hacha?

-Nunca la afilé, tan solo me dediqué a cortar.

Lógicamente, el filo de su hacha se había quedado tan romo como si de un martillo se tratase.


Compañeros de celda, vivid la vida al máximo, haced todo lo que podáis, no os encasilléis en algo, o el hacha perderá su filo. Salid, reíd y disfrutad, hasta así llegar a romper los barrotes de la celda.